Un óptimo de satisfacción de una distribución
absolutamente desigual sería, a nivel social, tan válido como uno de la más
absoluta igualdad (siempre que estos se encontrasen dentro del criterio de
óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham no valía cualquier distribución de la renta. El que los humanos
seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevabanecesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que es necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión lógica necesaria de la ley de los rendimientos decrecientes
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