Liberalismo benthamiano y paretiano
Una división menos famosa pero más rigurosa
es la que distingue entre el liberalismo predicado por Jeremías Bentham y el defendido por Wilfredo Pareto. Esta diferenciación
surge de las distintas concepciones que estos autores tenían respecto al
cálculo de un óptimo de satisfacción social.
En el cálculo económico se diferencian varias
corrientes del liberalismo. En la clásica y neoclásica se recurre con
frecuencia a la teoría del homo œconomicus, un ser
perfectamente racional con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular
este ser ficticio se ideó el gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la
decisión que tomaría un individuo con un sistema de preferencias dado
(representado en curvas de
indiferencia)
y unas condiciones de mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.
Sin embargo, existe una gran controversia
cuando el modelo de satisfacción se ha de trasladar a una determinada sociedad.
Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción social, el modelo
benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Según Wilfredo Pareto, la satisfacción de que goza una
persona es absolutamente incomparable con la de otra. Para él, lasatisfacción es una magnitud
ordinal y personal, lo que supone que no se puede cuantificar ni relacionar con
la de otros. Por lo tanto, sólo se puede realizar una gráfica de satisfacción
social con una distribución de la renta dada. No se podrían comparar de ninguna
manera distribuciones diferentes. Por el contrario, en el modelo de Bentham los
hombres son en esencia iguales, lo cual lleva a la comparabilidad de
satisfacciones y a la elaboración de una única gráfica de satisfacción social.
En el modelo paretiano, una sociedad
alcanzaba la máxima satisfacción posible cuando ya no
se le podía dar nada a nadie sin quitarle algo a otro. Por lo tanto, no existía
ninguna distribución óptima de la renta. Un óptimo de
satisfacción de una distribución absolutamente desigual sería, a nivel social,
tan válido como uno de la más absoluta igualdad (siempre que estos se
encontrasen dentro del criterio de óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham no valía
cualquier distribución de la renta. El que los humanos
seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevaba
necesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que
es necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión
lógica necesaria de la ley de los rendimientos decrecientes.
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